Este relato es real al 100%, utilizaré nombres ficticios para relatar la noche de sexo y morbo que viví en Valencia. Me presentare, me llamó Martín y todo empezó un viernes por la tarde en la estación del AVE en Valencia, la estación Joaquin Sorolla. Yo llegaba a la estación a primera hora de la tarde, con poco margen de tiempo para llegar puntual a una reunión de trabajo.
Salí del tren con prisas y cuando llegue a la parada me dirigí a uno de los taxis que estaban disponibles. Durante el trayecto en taxi llegando a Catarroja me llamo mucho la atención un cartel de un local, en el que se podía leer New Sala Max, al otro lado de la carretera. Un poco tímido y vergonzoso, deje mi pudor a un lado y le pregunte al taxista que tal estaba esa sala y el con una voz aguda me dijo que si buscaba escorts en Valencia, la sala New Max era la mejor, para disfrutar de una gran experiencia sexual, yo asenté con la cabeza y seguí mirando los gráficos que debía explicar en la reunión.
Durante la reunión solo pensaba en el momento de acabar y poder salir de allí para descansar en el hotel después de un viernes muy largo. Antes de ir al hotel fui a un restaurante japonés a cenar y después de unas copas de vino y algo de sushi, recordé lo que me dijo el taxista sobre donde encontrar las mejores escorts de Valencia y me acerque al New Sala Max. Una vez dentro conocí a una chica, se llamaba Sandra, rubia con el pelo largo y un pecho exuberante que me sedució con su voz y su mirada. Nos tomamos dos copas antes de que me invitara a subir con ella a una habitación con más intimidad.
Solo entrar a la habitación se tumbó sobre la cama dejando caer su vestido al suelo, mostrando una lencería negra que encajaba a la perfección con la forma y color de su cuerpo. Me pidió que la mirara mientras hundía sus dedos en su vagina, masturbándose, hasta que me pidió que me desnudara y me acercara a ella para sentir lo húmeda que estaba ya.
Yo me acerque ya con mi pene bien duro y después de acariciar su vagina sintiendo todo el flujo por mis dedos me tumbó sobre la cama y sentándose sobre mi pene duro empezó a moverse sobre mi como una autentica diosa. Mientras la agarraba de sus pechos duros, sentí sus gemidos de placer, hasta que no pude aguantarme más y explote de placer llenando toda su vagina de semen. Quede exhausto y me tire sobre la cama a su lado. Mientras nos fumamos un cigarro no podía dejar de mirarla y recordar sus gemidos de placer durante el orgasmo.
Llegué al hotel más tarde de lo que esperaba, pero seguro que cuando volviera a Valencia repetiría mi experiencia en la New Sala Max.