Romper con la monotonía y atreverse a sentir el placer en grandes cantidades, hacen parte de la masturbación femenina, una práctica que a lo largo de la historia ha sido fuertemente señalada y tachada de pecaminosa consiguiendo que muchas chicas sientan vergüenza de tan solo considerar hacerlo. Quienes finalmente han conseguido liberarse de los mitos y leyendas que insisten en que se trata de algo malo, comparten en esta cautivante sección una buena serie de relatos eróticos de masturbación femenina que además de inspirar toda clase de sensaciones ilustran un poco sobre todo aquello que abarca una de estas sesiones.
Puesto que se trata de una acción que según lo planteado por la psicología contribuye a poder identificar los patrones de la respuesta sexual, la mujer que elige autocomplacerse es aquella que poco a poco va conociendo realmente su cuerpo y distingue los puntos exactos en los que siente a tope el placer.
La excitante masturbación femenina
Teniendo muy claro que las mujeres también se masturban y cada vez se sienten más seguras de liberarse de este infundado tabú, las dudas que esta práctica puede provocar han sido sustituidas por deseos, juguetes y en algunos casos la contemplación de alguien más, lo cual resulta extremadamente excitante para el observador tanto si es un hombre u otra mujer.
Ante lo placentero que resulta la estimulación de los genitales femeninos, las chicas suelen servirse de imágenes mentales, relatos como los aquí compilados, la visualización de personas de su agrado o del fetichismo por ciertos elementos para que sus ganas vayan en aumento y sea mucho más exitoso este íntimo momento.
La fantasía del squirting
El maravillo y enigmático cuerpo de la mujer siempre está presto a dar más y es así como podemos hablar de la popular eyaculación femenina o squirting, esa anhelada expulsión de chorro en grandes cantidades que ha empezado a permitir que quede en el olvido esa común y desapercibida eyaculación tradicional por parte de la chica.
Ante tantas historias que corroboran que es posible disfrutar de esta eyaculación orgásmica, experimentar con el propio cuerpo y probar con toda clase de posiciones y ayudas se incluye casi que por principio en la masturbación femenina pues sencillamente nadie desea perderse de esta plena sensación.
Tal y como se ha presentado, lo cierto es que todos estos relatos cuentan con la virtud de exponer un momento íntimo de gran alcance que sirve para enterarse de que las mujeres están más prestas que nunca a sentir deseo, lujuria y en general todos esos pensamientos morbosos que conducen a buscar las condiciones para una intensa sesión de masturbación en la que, al disponer del control total, la recompensa sea mucho más apreciada.