Las mujeres vestidas y los hombres desnudos, esta, aunque es una visión muy general es la que explica un poco el sentido de los relatos CFNM, los cuales paralelamente al BDSM han conseguido cosechar cada vez más adeptos debido a las altas dosis de erotismo que integran y a esos toques de control sobre el otro que pueden llegar a encender tanto a quienes se identifican con estos gustos sexuales tan elaborados.
Este tipo de fetichismo es una práctica bastante excitante ya que rompe con aquellos esquemas en que la mujer es la que debe estar presta a encargarse de satisfacer todos los deseos y peticiones del hombre, aquí, por el contrario, son ellas quienes se apoderan de la situación y disfrutan a plenitud lo cautivante de tener a un hombre desnudo tanto para observar como para ejercer un rol de dominación.
Fantasías que van de la observación al toqueteo
La agrupación del conjunto de iniciales CFNM corresponde a las palabreas en inglés Clothed female, nude male, de manera que las fiestas de solteras, por ejemplo, resultan ser una de las mejores ocasiones para rendirse ante sus encantos y de eso dan cuenta las narraciones eróticas aquí compiladas, donde grupos de chicas se aseguran de que los hombres asistentes permanezcan completamente desnudos para someterlos al más intenso disfrute sexual.
Tal y como cualquier otro fetiche, este es un juego bastante candente que tanto si se empieza a gestar en la imaginación como si abarca el plano de la realidad es altamente sugestivo. Llama la atención que algunas personas encuentran gusto de manera exclusiva en el observar y esto es lo que determina el que estas sesiones no siempre culminen en un contacto sexual explícito. Una inolvidable fiesta sexual de CFNM o quizás una pareja que se aventura a explorar y salirse de lo tradicional, todos estos detalles pueden abrir paso fácilmente a despertar esa lujuria adormecida.
¿Excitación por los zapatos?
Adicional a lo anterior, esta sección integra un tópico bastante especial, el cual se dedica a revelar los placeres que puede desencadenar la excitación por los zapatos, aquel eterno signo de feminidad que facilita un deleite visual ante la contemplación de ese imponente tacón que le acompaña.
Es curioso que a nivel psicológico se plantee que el gusto por los zapatos se asocie a la fascinación por la vagina o a la concepción inconsciente de ser asociados con la virginidad, sin embargo, sin importar cual sea el origen de este fetiche sexual, lamer unos zapatos con ferocidad, eyacular en el calzado, masturbar con ello o aquello que hacen los más osados de introducirlos por la vagina o el ano, son gustos o inclinaciones que pueden hacer parte sin inconveniente alguno de los más eróticos encuentros que pudieran llegar a planear.