Entre los modos alternativos de practicar la sexualidad, el BDSM bondage, dominación, sumisión y masoquismo se han convertido en una opción perfectamente viable para miles de personas que movidas por aficiones poco convencionales se instruyen poco a poco hasta disponer de las herramientas y habilidades requeridas para garantizar además de seguridad, el más abrumante placer.
Es así como la recopilación de relatos eróticos de BDSM se ha convertido en fuente inagotable de toda clase de ideas tanto para fantasear como para llevar a la práctica, siendo a su vez parte de un mundo calificado como oscuro y sórdido por el tabú que le rodea y es que aquello de disfrutar del dolor o por ejemplo de los castigos que recibe el sumiso, son cosas que no despiertan los mismos niveles de excitación o predilección en todas las personas.
El dulce placer del Bondage
Abrir lo suficiente la mente para elaborar fantasías hetero en las que haga presencia el BDSM es casi que una subcultura en la que existen las condiciones para descubrir un nuevo concepto de placer que de hecho se construye a partir del dialogo y la manifestación de lo que se está dispuesto o no a hacer.
Bien sea que se trate de cumplir roles, de ataduras, de someter o de quizás un poco de exhibicionismo y voyeur todo está dado para que aquellos que recién se inician en esta ruta o por supuesto quienes ya cuentan con algo de experiencia puedan navegar entre un sinfín de anécdotas y narraciones que por su buen nivel descriptivo resultan perfectas para dejarse llevar un poco por el dulce placer que se desprende de lo que es casi que un estilo de vida.
Juegos eróticos pervertidos
Quienes solo buscan probar el BDSM pueden referirse a esta clase de encuentros de esta manera, pues con el placer de innovar de por medio, erotizar partes del cuerpo que nunca antes se habían tenido en cuenta forma parte de todas estas increíbles prácticas.
Fomentando la estimulación y como ya lo mencionábamos, la imaginación, la presencia de ropa ceñida y ajustada al igual que toda clase de juguetes eróticos, cuerdas y demás, consiguen llevar a otro nivel los encuentros sexuales que aquí se presentan. La oficina, el parque, un hotel o el transporte público son zonas que adquieren un matiz diferente cuando son ocupados para dar vía libre a estos encuentros que tanto inspiran y a que a fin de cuentas hacen parte del sentir del ser humano.
Debido a que estos relatos pueden estimular mucho más que una cinta porno, este material se encuentra pensando más que nada para esos momentos del día o de la noche en que se desea fantasear sin que para ello sea necesario observar imágenes explicitas.