Hola! Me llamo Roger, tengo 19 años y soy nuevo por aquí.Como verán por el título, mis relatos tratarán principalmente de experiencias que he tenido con el fetichismo de pies, ya que no veo a muchas personas hablando del tema, aún y cuando es el fetichismo mas común. (Aclaro que no siempre los relatos serán de experiencias propias, sino también de amigos/as, pero cuando los relatos no sean míos, lo aclararé).Esto sucedió cuando yo tenía 17años, mi mamá trabajaba todo el día y solo me quedaba con mi abuela,quien no se metía mucho en mis asuntos.
Yo tenía una amiga de 17 años llamada Karla quien siempre me iba a visitar desde que tengo memoria.Un día yo estaba completamente solo en mi casa y me preguntó si podía venir y le dije que si, ella llegó con un vestido rojo y unas sandalias de casa. Por algún motivo no podía parar de mirar sus pies, cabe aclarar que yo nunca había sentido una atracción por los pies femeninos, pero creo que ese día despertó en miel gusto por esta parte del cuerpo.
Karla siempre ha sido una chica hermosa, piel muy blanca (pálida casi), con un hermoso y grande trasero y pechos medianos, sin embargo nunca la vi mas allá de la amistad, pese a ya estar entrando en la época donde las hormonas andan locas jaja. Karla y yo siempre nos tuvimos mucha confianza, de hecho ella fue quien me enseñó verbalmente muchas delas cosas sexuales que en años posteriores puse en práctica con parejas.
Pero ese día no pude evitar sentirme apenado de no poder quitar mi vista de sus preciosos pies, recuerdo cada detalle de ellos, como por ejemplo, que andaba con las uñas pintadas de azul.Tras media hora de estar en mi casa, Karla se percató de como mis ojos no despegaban de sus pies y me preguntó:- Mi niño, te veo algo distraído y viendo mis pies, te pasa algo?- No, todo está bien. Le respondí súper apenado- No tienes que sentir vergüenza, puedes decirme lo que pasa, estás cabizbajo por que algo sucedió en la escuela o simplemente te gustan mis pies?
Con todo y vergüenza le reconocí que por algún motivo no podía parar de ver sus pies y le confesé como era la primera vez que algo así me sucedía con esa parte del cuerpo en particular.Ella se lo tomó de lo mas normal como siempre y me dijo que eso era normal que probablemente yo tenía un fetiche de pies que estaba despertando.
Le pregunté si podía tocarlos y con un poco de duda me lo permitió. Yo estaba a mil, nunca había tenido una erección así y me nacía el deseo de olerlos o llevarlos a mi boca, pero no lo hice.Ella se percató de mi erección y de que mi respiración aumentaba, ella quitó el pie y me dijo que viéramos una película.Ese día pude calmarme, ella se fue 2 horas después y cuando me quedé solo, me masturbé 3 veces pensando en aquellos pies hermosos.
Dos días después llegó a mi casa ya que me quedaría solo y mi mamá le pidió que me hiciera compañía. Llegó con las mismas sandalias, pero en esta ocasión, sus uñas iban pintadas de negro (cualquier fetichista de pies me entenderá, al decir que no hay nada mas hermoso que unos pies blancos con uñas pintadas de negro).
Pasó poco mas de media hora en la que no podía parar de pensar en sus pies y fui sincero y se lo dije, también le comenté acerca de que la última vez me quedé con ganas de llevarme sus pies a la boca y olerlos. Ella se lo tomó normal o al menos disimuló bien su asombro y me dijo:- No se si sería correcto dejarte hacer eso-
Nadie se va a dar cuenta y solo sería una vez, le dije yo. Ella lo dudó un poco pero lo aceptó con la condición de que solo me permitiría lamer sus pies, nada mas. Se quitó sus sandalias, se recostó en el mueble y me puse de rodillas y comencé a lamer las plantas de sus pies, estaba a mil. Procedí a chupar los dedos de sus pies uno por uno, lamí en medio de sus dedos y me los metí todos a la boca.
Pude notar como ella se estaba excitando, ella se levantó, me desnudó por completo y ella se desnudó igual. Le confesé que quería masturbarme, pero me dijo que aún no, me dijo que me recostara sobre el mueble lavó mis pies por completo, de una manera muy tierna y comenzó a lamer y chuparlos dedos de mis pies igual, por lo cual interpreté que ella también era fetichista. Al concluir de lamer mis pies, me pidió que lamiera un rato mas los suyos, al terminar me dijo que nos masturbemos viéndonos el uno al otro y ambos acabamos muy rápido. Tras ese día sucedieron algunas otras experiencias, que relataré en el futuro si veo que este relato les gusta.