El deseo por encima de los tabúes.
La semana santa pasada fui de vacaciones al puerto de Acapulco junto a Alejandra mi hermana y mis padres. Nos repartimos las habitaciones de tal modo que mi hermana se quedó conmigo y mis padres en otra, no era la primera vez que compartía habitación con mi hermana.
Al llegar a la hora de dormir , Alejandra se puso unos pantalones cortos y una playera ajustada con un ligero escote, cosa le hacía que se le vieran sus pechos redondos marcados en la tela. Sentí algo bastante extraño, algo así como una especie de escalofrío por hacer algo que hasta entonces consideraba incorrecto. Por su puesto, ella no se había dado cuenta de que constantemente la empezaba a mirar con más frecuencia, y de modo distinto. Cada vez más, sentía una agitación intensa al imaginarme sus pechos desnudos y casi al instante, las miradas se tornaban cada vez hacia sus nalgas y su zona vaginal. Ella de pronto se inclinó un poco para buscar sus cremas que llevaba en su equipaje, por lo que no pude evitar y miraba sus tetas buscando encontrar sus pezones. Pero lo único que veía era un par de tetas redondas, claras, grandes e infinitamente apetecibles.
Estuvimos toda la noche viendo la tele donde no echaban nada interesante y nos dispusimos a dormir.
Al rato Alejandra dijo.
– Tengo frío. Me levanté y abrí los armarios de la habitación.
– No hay más mantas, y yo no puedo darte la mía porque sino pasaría yo frío. – le dije
– No importa. Se levantó echó su manta sobre mi cama y se metió dentro conmigo.
– ¿ te importa?, así no pasaremos frío.- me dijo.
– No hay problema.- le respondí.
Ella acurrucada de lado y yo mirando para arriba para no pensar en su pechos, era mi hermana después de todo, mi hermana pequeña.
– ¿Me abrazas? – me dijo.
Giré y me puse con ella en posición cucharita, con un brazo la abrazaba y el otro lo metí bajo almohada. Ella puso su mano sobre la mía acariciándola, yo le olía el pelo y me embriagaba de su aroma, comencé a acariciar su barriga y ella comenzó a moverse pegando su cuerpo al mío, su culo empezó a refregarse sobre mi polla ya dura, saqué la otra mano de debajo de la almohada y comencé a acariciar su rostro y su cuello, ella comenzó a besar mi dedos, esta situación me estaba excitando y comencé a besarle en la nuca, ella emitía sonido de placer mientras que una de mis manos se había metido debajo de su playera y estaba acariciando suavemente sus pechos. Comencé a besar su hombros a lo que ella empezó a darse la vuelta quedándose frente por frente de mí.
– ¿ que haces?- me susurró.
– Besarte.- le respondí, y sin dejar tiempo a responder le planté un beso en la boca. Ella recibió el beso, y empezó a besarme ella acariciando mi rostro con su mano, yo puse mis manos en su trasero mientras que nos besamos una y otra vez.
La temperatura en la habitación subió de repente y ella se puso encima mío y seguimos besándonos, juntando nuestros labios el uno con el otro, era algo de incesto pero nos deseábamos y eso era todo. Yo la besaba y ella me besaba y mis manos acariciaban su trasero, para luego subir por su cintura y poco a poco subir su camiseta al ritmo de los besos, lentamente, sin prisa teníamos toda la noche. Cuando ya no podía subir más la camiseta ella se incorporó y se la quitó lentamente dejándome ver en vivo y en directo su torso desnudo, luego se agachó para seguir besándome y yo dirigí mi cabeza a sus pechos para besarlos, eran hermosos y grandes como me los había imaginado, sus pezones eran rosados por su tierna edad y sabían a la colonia dulce que es la favorita de mi hermana. Ella quería besar mi boca y me quitó sus pechos de mi boca para besarme una y otra vez, si yo estaba deseoso de ella, ella lo estaba de mi. Comencé a acariciar su trasero levantando su pantaloncito ajustado, poco a poco lo bajaba mientras que ella me besaba y sentí en mi pecho sus pechos moviéndose al ritmo de su cuerpo al igual que notaba su ritmo cardíaco acelerado al igual que el mío.
– Quítate lo todo- le ordené al oído susurrando.
Ella se quitó de encima mía para desprenderse de su pantaloncito, yo me senté a su lado y comencé a besarla y acariciar sus piernas llegando a su suave trasero, comencé a besarla en el cuello y luego en los pechos, ella se inclinó sobre la cama quedando yo encima dentro de su piernas abiertas. Le besé en la boca un par de veces, luego bajé por su pechos lamiendo y estrujando sus pechos, su enorme y hermosos pechos no dejando ningún trozo de piel de esos pechos se quedó sin lamer o chupar.
– Besame Simo- me dijo llamándome por el nombre cariñoso por el cual me llamaban en mi familia.
Volví a besarla, su lengua era deliciosa y sus labios acogedores, mientras la besaba ella acariciaba mi espaldas con su suaves y delgadas manos. Al rato volví a dejar su boca para besarla en el cuello, bajando hasta sus pechos y a sus pezones, en los cuales dibujaba círculos con la punta de mi lengua, escuchaba a mi hermana respirar fuerte mientras acariciaba mi cabellera y notaba su corazón latir más fuerte, le gustaba lo que le estaba haciendo su hermano y a su hermano le gusta hacerle eso. Volvía besarla en la boca y sus labios me recibieron como la primera vez, deseosos de besar mi labios, estuve largo rato disfrutando de las hospitalidad de sus labios y luego volvía a bajar la cabeza para volver a chupar esos pechos.
– Me encanta lo que me haces, Simo.- me decía susurrando en mi oído mientras le comía el pecho derecho.
– Me estas poniendo malísima , Simo.- seguía susurrando mientras le besaba en el pecho izquierdo.
– Quítate las calzonas- terminó diciéndome.
Dejé de besar sus pechos y me coloque´a su lado en la cama quitándome las calzonas y dejando mi polla a la vista de ella. Mi hermana se puso encima mía y comenzó a besarme rozando su coñito prieto contra mi polla. Siguió besándome y bajando por mi cuerpo besando mi pezones, mi ombligo y llegando a mi polla la cual cogió con una mano y mirándome con sus ojitos de niña buena me dijo.
– Esto te va a gustar.
Comenzó a meterse mi polla en su boca. Primero la lamía pero luego se la introducía, yo le agarré el pelo para que no le estorbara, luego ella se cogió una cola. Mi hermanita chica sabía comer polla y era más que eso se las comía como una verdadero profesional me estaba haciendo gozar con la mamada. Al rato de estar comiéndome la polla y acariciando mis huevos no podía aguantar más y le dije.
– Quiero follarte.
A lo que ella me respondió
– Quiero que me folles.- Sus palabras me atravesaron la cabeza como una bala.
La puse boca arriba e introduje mi polla en su coñito, mientras su rajita se excitaba comencé a besarla en la boca otra vez y ella me besaba. Mi polla poco a poco entraba en su cueva y ya casi podía sentir mis huevos chocar contra su piel. Nuestros gemidos eran mas fuertes y el ritmo de mi polla dentro de su coñito era cada vez más fuerte, el coñito de hermanita estaba siendo taladrado por mi polla y a los dos nos gustaba, yo la besaba en el cuello mientras ella con los ojos medio entonando disfrutaba de mi polla en su coño.
– Simo déjame arriba.- me dijo mi hermanita.
me tumbé en la cama y ella se puso arriba de mi polla y comenzó a cabalgarme como una auténtica amazona moviendo su cinturita, en la cual yo puse de primeras las manos luego ella las trasladó a sus pechos, quería que sintiera la piel de sus pechos bajo mis manos y sentir su ritmo cardíaco que parecía que le iba a dar algo de la excitación que estaba teniendo al follar con su hermano. Le acaricie los pechos y luego puse mis manos en su trasero sintiendo lo duro que lo tenía. Humedecí uno de mis dedos y comencé a escarbar en su ano.
– Simo no seas malo, por ahí no.- me dijo ella medio ida por la excitación de mi polla en su coño.
Yo con una mano le abrí las nalgas y con un dedo comencé nuevamente a escarbar dentro de su culo.
– Simo no seas malo.- seguía diciendo ella pero no quitaba la mano.
Conseguí meterle un dedo en el ano a lo que ella dio un grito de placer, al estar siendo penetrada por dos agujeros.
– Simo sigue, no pares, sigue.- me decía totalmente excitada.
Ella se clavaba mi polla mientras que yo le clavaba mi dedo corazón en su ano, gritaba de placer de la doble penetración y al poco tiempo tuvo un gran orgasmo, no sé si el primero pero sí sé que fue uno muy fuerte.
– Métemela por atrás Simo.
Ella se puso a cuatro patas sobre la cama y yo cogí mi polla, la humedecí con saliva al igual que a su ano y comencé a hundirla en su rosado ano. Al principio constaba que entrara pero una vez superado el escollo entró hasta el fondo. Empecé suavemente a meterle la polla en su ano para luego aumentar el ritmo, ella lo único que hacía era gritar de placer una y otra vez, puse mis manos en su trasero para darle más fuerte a su culito, ella gimió más fuerte cosa que hizo que me pusiera más cachondo.
Al rato de estar dándole por el culo le dije.
– Baby me voy a correr.- excitado del todo a punto de correr.
– Espera Simo.- me dijo mi hermana sacándose mi polla se su culo y dándose la vuelta. Tomó mi polla y con su mano y su boca hizo que me corriera, ella sin desperdiciar ninguna gota de semen de la polla de su hermano y se lo comió todo algo que me pareció muy de guarra pero a la vez me gustó que mi hermanita chica fuera tan guarra.
Acabada la faena nos besamos, nos tumbamos, nos tapamos, nos abrazados, y por último nos dormimos.
No tengo que decir como fueron el resto de las vacaciones, por el día eramos hermanos y por la noche amantes.
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